"Estábamos tan cerca uno del
otro que ni ella necesitaba el micrófono para acariciarme el ego con sus
palabras, ni yo podría haber escuchado otra cosa. Fui una estatua de
sal, una piedra rendida ante los ojos gorgóneos de esa mujer de pelo
largo, lacio y negro. Nadie y menos yo, que tengo la imprudencia de
recordar mucho, lo hubiera podido olvidar. Ese fue el día en que Susana
Zabaleta, musa vampírica, cantó “Mundo raro” mientras me miraba."
El textito de los lunes aquí:
http://www.am.com.mx/opinion/irapuato/los-horarios-estelares-de-la-existencia-3302.html
0 Escrúpulos y jaculatorias.:
Publicar un comentario