Imitaciones.Un texto ajeno.


Es complicado explicar de qué manera es que pasa lo que pasa. Sólo hay huellas y síntomas por todos lados, pero no descubro (o no quiero descubrir). Sólo me encuentro en una puta e intolerable neurastenia lunática. He leído a un tipo que escribe todos los viernes. Me hizo pensar en Juan Pablo Castell, quizá yo soy ése que ha matado a María. Afirma que sus viernes son los días más tristes, en la que los mendigos y los apestados salen a la calle. Es imposible no encontrárseles carcomiendo y oxidando una parte del alma de cualquiera. Rapiña y mal olor, luces amarillas como película barata. Mucha cerveza y viviendo la muerte del perico.
No, no creo en eso, no puedo. Todo va bien y quién quiera que pueda verlo, sólo se entregaría a la celebración. Buen trabajo, kafka lo envidiaría. Buena comida y la mano de otro cabrón acariciando la de ella. Qué pasa que no hay celebración?
Es la elección que he tomado, la de ser miserable, rey del arrabal, hit con las mujeres, menos con la que quiero pero no quiero. Continúo mi escritura de textos anteriores en este texto. He cobrado la personalidad de otro. Ahora sólo recito poemas de Álvaro de Campos. Más tarde me descubro murmurando, y con ello, detesto cada vez más a los Benedettis y los Nerudas, pero es verdad, la palabra es la equivocada, sólo que el olvido cuesta. No hay música más triste que la del cigarro consumiéndose entre mis dedos. No me basta tenerlo todo, también quiero la nada. Provoco envidias, Camino triste por la calle y aún no me basta. Sin embargo, soy tan pusilánime que no me atrevo a suicidarme, mucho menos a provocar que otro tome esa decisión por mí. Soy un cobarde.
No escribo yo, no siento esto que escribo, sólo me expongo en picota, sólo presumo un aspecto primitivo, porque mi letra canta, y viola, y hace suspirar. Mis lamentos los oye también Solón y Carlota, Álvaro Peranzules y Soares. Se escuchan en cada taza de café en Veracruz, Portugal o París.
Ya veo que no soy yo. Yo nunca hablo de París. Si fuera yo, estaría hablando del distrito Federal o de mi barriga. Estaría soñando con Barcelona o Acapulco. Pero no, veo cómo el que escribe bajo mi nombre piensa en París. Qué falso eres tú, ése que escribe violando mi Dr. Jenkyl. Miserable mr. Hyde, imbécil y usurpador.
Ahora, ya no sé quién es el malo, el que emigra o el que busca su feudo. Ahora tengo un conflicto más grande que una puta bipolaridad y neurastenia latente. Ahora sólo quiero dejar pasar el tiempo, el puto tiempo. Ahora sólo quiero mirar, mirarte. Creo saber que sólo eso me sienta bien.
Quién eres cobarde que ni te quejas, ni te defiendes, ni te humillas, ni te cagas. Quién eres pinche usurpador del usurpador incapaz y mentiroso. Quién eres para tan sólo entregarte a la indiferencia y al cansancio, imbécil.
Miraré sin tomarte en cuenta Gombrowitz. Miraré esas faldas. Miraré esos coños escondidos tras las bragas amarillas. Esperaré a la primavera en esta banca verde. Lloraré lágrimas negras desde Oaxaca, encontraré el camino rojo, tu hilo Ariadna, para salir de este apocalipsis, de este laberinto que no me deja mirarte, que no me deja ver la luz órfica que me ilumine el camino.
Fácil, pinche enfermo de Montano. Sólo por este camino has encontrado la salida. Seguro estarás feliz por verle de la mano, claro, sin consuelo, pero por lo menos ella es infeliz. Está dispuesta a todo. Tú no, lo sabemos. Menuda tarea, mirar inominado, entregado a los sorbos vaporosos de esa cerveza vieja.
No pasa un carajo en estos pasos. No hay de qué quejarse. Es lo que es y no hay más, a veces, no se logra la discresión, en cualquier verticalidad a la que se pueda referir. Sólo hay una consigna: la desparición.

3 Escrúpulos y jaculatorias.:

Unknown dijo...

Sí París no se piensa,
París se vuelve una sorpresa.

Quizás en el futuro, extranjero.

Anónimo dijo...

La otra vez leí que no se puede ser libre en el lugar donde uno ha sido prisionero, creo que por eso muchos deciden irse o imaginarse Parises, Tijuanas y tantas ciudades, que afortunadamente han poblado nuestra literatura.

Alejandro Palizada dijo...

BIOGRAFÍA
No lo que pudo ser:
es lo que fue.
Y lo que fue está muerto.

O.P.

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