Inminencias de Job.

Sigo los pasos y las letras de aquél escritor, poeta y editor. Retomo una sensación de principio de año: cuando no estoy en crisis, me preocupa más. No vivo sino bajo el estigma de que todo se caerá en cualquier momento. Pesimista y a lo menos, atino tan sólo a vivir bajo la inminencia de la fragilidad, de la hecatombe. Me desacostumbré muy pronto, y por circunstancias vitales, a que me pueda ir bien.

Sigo por el camino amarillo al noctívago de los viernes. No es posible que todo esté en calma. Es preocupante. Algo debe madrearlo todo en cualquier momento. Siempre estoy alerta. Vivo bajo amenaza.

Por cierto, y en la misma tónica: Los viernes termino hasta mi madre.

0 Escrúpulos y jaculatorias.:

 
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