Post cumpleañero.

Recibí regalos entreñables. Recibí mensajes y correos dos o tres días antes, también entrañables y que agradezco. Recibí llamadas. Filósofas, poetas, traductores, editores, aduaneras, padres, alumnos, psicólogos, administradores, recordaron el día en que nací. Comí opíparamente un día antes con mi madre y mis hermanos. Lunes: Di clases como de costumbre: en una clase conté el chiste de la bazuca de Chomsky, en otra, leímos Deshoras de Cortázar, y en una tercera vimos Juana la Loca. Comencé a leer Nocturno de Chile. Pasé al autoservicio por jamón y pan, verduras y algún aditamento nutricional como galletas o aceitunas, que me encantan. Comí cuscús. Bebí agua mineral. Comí solo en una mesa grande. Comí con hambre. Comí desvelado. Dormí una siesta larga. Bajé a ver si la eternidad se había reparado. No era así. Envié un mensaje a A. Respondió. Presumía que había compartido palabras tan sólo con su gata y eso le preocupaba. Salimos. Café y naranjada; Whisky y cerveza, Nachos y una mesera que se quedó sin propina. Larga charla, plática entrañable, de todo y de nada. Otra vez todo y nada. Tercera vuelta a todo, Sexta a nada. Fuimos Detectives. Fuimos Latinoamericanos. Fui simplemente, a los 26, su servidor.

2 Escrúpulos y jaculatorias.:

Nerea dijo...

Nadie te felicita, qué malos son.

¡felicidades!

LSz. dijo...

Gracias. Un abrazo.

 
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