Estancias

Estoy más triste que un zapato ahogado
estoy más triste que el polvo bajo los tapetes
estoy más triste que el sudor de los enfermos
estoy triste como un niño de visita
como una puta desmaquillada
como el primer autobús al alba
como los calzoncillos de los notarios
triste triste triste de sonreír como un bobo desde los rincones [...]

De "Modesto desahogo", Tomás Segovia.

10 Escrúpulos y jaculatorias.:

Irene dijo...

no veo signos de interrogación, así que te pregunto:
¿era una pregunta tu comentario?

marichuy dijo...

LSz

Si que estaba triste. Podría decirse que en ese momento, era la persona más triste del mundo.

Un saludo

carmen jiménez dijo...

Me alegro que esta tristeza no sea tuya. Es muy triste estar tan triste. Te lo dice un niña de visita.
Abrazos

LSz. dijo...

¿Quién dijo que no era mía esta tristeza?

Sería como dejar de afirmar la consigna de que, la literatura, la poesía, es un puente que se tiende de un alma a otra.

Saludos.

carmen jiménez dijo...

Me encantó tu explicación profesor. Gracias por tu respuesta a tanta tristeza como tiñe el polvo bajo los tapetes aunque no se vea.

Irene dijo...

Aunque se base en algunos tópicos, difícil resulta a veces no generalizar. Me gusta su lenguaje tan coloquial y tan lleno de vocabulario a la vez, su dulzura y su erotismo, su pesimismo y su optimismo, su transversalidad al fin y al cabo, así como su final que tampoco resulta ser un final.
¿Que más podría decir...? Al fin y al cabo es un libro que engancha y no te deja indiferente, me hizo sentir trementamente próxima a la historia que cuenta.
Espero que te sirva, un saludo

LSz. dijo...

Irene,

Gracias por la respuesta. Sí, Marsé es un narrador entrañable.

Anónimo dijo...

Ayer, intenté hacer un comentario pero mi red falló y ya no sé si sí se mandó.Lo repito.
Decía que eso de estar tan triste, como bien lo indica el poema al final, es peligroso, el hemisferio derecho tiende a apoderarse del izquierdo dejándolo -después de los pequeños instantes de iluminación y potenciación de la sensibilidad- en una inmovilidad rayana en la bobería, como sea, ¡aguas! No vaya a ser la de malas, jajaja.
Abrazotes,
Yan.

LSz. dijo...

Ay Yan, saliste optimista.¿estará entonces prohibido estar triste?

Saludote risueño.

Anónimo dijo...

¿¿¿Optimista??? No, no, no.
Sólo estoy tratando de escapar a toda reivindicación de la tristeza; lo siento, me explayé.
Tampoco deberían de prohibirla, pero debería de cambiar la manera en que la portamos, ¡¡¡mmmm!!!, no sé.

 
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