croniquita

El auditorio veía a un Fito Páez de blanco y corbatita plateada, afónico. La tensión lo hizo poeta. La pifia lo lencaminó a rehacerse, mientras, el cuórum lo alentaba con la voz viva de su música. El galardón fue un concierto emocionante en el que primero la voz del monstruo que reunía a chicos con camisetas albicelestes y provincianos coreando un tanto mientras el tiempo giraba y, luego, una Susana Zabaleta atrevida, casi sorprendente que presumió una tesitura pop que ya no le recordaba de aquellos días en los que cantaba en medio de las caravanas de artistas que conocí en mi adolescencia allá, en irapuato.
Había sido un linda tarde. Me curé la cruda en el Salón Corona al lado de una gran compañía como lo es la de Vicente Alfonso y Frino, gemelos de charla amena y profunda, escritores de raza. Fue tremendamente emotivo todo. El concierto por su parte un viaje por latinoamérica y demás y la charla frente a unas chelitas, cerca de la catedral, claro. Fue una caminata larga, casi salvaje, fue un viaje por las entrañas de la ciudad, fue una noche en el pub irlandés de zona nice, fue una esperiencia.
Llegué a Tasqueña y comí tacos al pastor por la noche. Vagué por el sur y por el centro. Al final, ya de retache a Puebla, toqué el norte también. Películas en el autobus, dos o tres compras en las librerías y la esperanza de volver, como siempre, a ese monstruo encantador. Fue una visita grata.

3 Escrúpulos y jaculatorias.:

Anónimo dijo...

sobre el post-pregunta de arriba sólo puedo decir: ¿¿¿ask the dust???

sobre este post, me pregunto qué bar cerca de catedral sería

¡salud!

Yan.

LSz. dijo...

Podríamos incluir el otro título que anda rolando por ahí: Todo aquí es polvo, una frase que, además, he leído en tres libros distintos por las últimas semanas.

El bar o la catedral, quizá sean producto de la charla. No sé si sea tan cerca de Catedral como para decir que esté cerca, pero con quien platicaba siempre me da la impresión de que estamos dentro de la Conversación en la catedral.

Vamos, te invito a ese bar, con suerte no deberemos hacer fila para entrar.

¡Salud!

Yan dijo...

¡vamos!

¿en qué libros?

 
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