cajas de cartón

A veces mi pusilanimidad me sobrecoge. Es de un nivel superlativo. He tardado tres días para animarme a buscar cajas de cartón. Hoy, ya cuando me había resignado a esperar algo espectacular al respecto, algo sucedió, casi de sorpresa -casi espectacular, pensándolo bien-. Me dirigía a comer. Había preefigurado en mi mente y mi memoria gástrica lo suscribía esa ensalada de no sé qué que hacen en el restaurante vegetariano al que tenía tiempo de no ir. Decidí dar la vuelta en una transversal para no verme tentado por las cemitas o las enchiladas de mole de esa fonda para turistas a la que siempre regreso porque, además de ser deliciosas y apetecibles como el primer beso adolescente, soy un pinche turista todavía y para siempre. Pensé en la oficina de correos. Todavía hay un encargo que he olvidado hacer y concierne a ese lugar. Cuando recogí la mirada pensando lo olvidadizo y desidioso que soy encontré lumínicamente una media docena de cajas de cartón de diferentes tamaños. Un segundo heroico me señaló y como si se tratara de levantar la mano en el cole me metí al lugar y me animé a preguntar si se vendían. La señora, que me recuerda a mi maestra de inglés de tercero de secundaria, me dijo que sí. Me dio precios y quedé sorprendido con ellos. Pedí tres. Calculé el volumen de lo que tengo que guardar y asentí cuando me pedía la confirmación. Tres, dijo ella. Sí, por favor y un rollo de cinta canela, por favor. Todo está consumado. Creo que hoy comenzaré a guardar libros. No los ordenaré, acudiré a mis lecciones de acomodo de elementos de cuando fui cerillo en una tienda del Seguro allá por los noventas y apelaré a que quepa todo en mi calculada compra.
Así suceden las cosas. Así suceden mis cosas, sorpresivamente. Aun cuando me muestro elusivo allí está todo. Esperándome, listo para encontrarme.

6 Escrúpulos y jaculatorias.:

Lucía dijo...

Todo se va dando, al destino le gusta jugar a las escondidillas de vez en vez...

Saludos con frío

LSz. dijo...

Je. De vez en vez. Abrezo desde un cafetín.

Anónimo dijo...

me encanta tu optimismo!

LSz. dijo...

Mi optimismo. Ja

Anónimo dijo...

Rico relato.
Me encanta buscar -y encontrar- sutiles conexiones. Eludir, esquivar nos lleva a ese destino que tan paciente aguarda. Raro. Para pensarlo y luego disfrutar... ya qué!
Saludos mi querido L.

AR

LSz. dijo...

Eso. Asumir el destino como dios y no como dramático guerrero. Una ironía ue siempre viene bien, aunque sea para reírse de uno mismo. Aunque sea para eso.

Abrazos, AR

 
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