De las violetas.

Tengo curiosidad por el efecto de las violetas en un catorce de febrero, no lo niego. Sospecho un hálito de principio de siglo pasado en ellas. También un aire de invierno. Altamirano las tiene en alta estima, las ostenta como signo de modestia, las refrenda por encima de las reinas caídas, que es como llama a las rosas, y ve a las camelias como alcaldesas de pueblo; las pondría yo, sonrientes y presumidas, flanqueadas por unas lilis que me han terminado por parecer flores esclavizadas últimamente por los clichés. Los tulipanes me gustan, son espectaculares, pero no perfuman el entorno como las violetas de ramo sencillo. Dice el propio Altamirano que cuando se aspira el perfume sin igual de las violetas, se desea amar; es un filtro para el corazón que la trastorna, que le rejuvenece, que le vuelve osado y generoso. La misericordia, antes que el honrado amor; la misericordia antes que el opulento deseo; la misericordia antes que la pureza me seduce más. La violetas serían el centro vital en este sentido, menos abstracto que el mismísimo aroma: la misericordia está en la cotidianidad, lo demás, podría escalonarse en el ensueño, en la creencia de una suerte de ausencia de fisuras de la realidad. Las violetas son reales, ahora lo empiezo a pensar.

"Da tú, lector, querido, ese ramillete a una joven esquiva y orgullosa, y le tomará sonriendo, si no es una tona o una fatua, y sentirá un ligero desvanecimiento de placer con el blando perfume de estas flores, que ellas olas han hecho más conquistas que toda la poesía del mundo, y que no ceden en fuerza sino ante el dorado metal, cuyo sonido tiene mayor magia que ninguna otra cosa" Apunta Altamirano, con el dejo claro de la realidad. Dice, además, que si las violetas son la vanguardia del dinero, entonces sí, son irresistibles.



3 Escrúpulos y jaculatorias.:

carmen jiménez dijo...

Ummm! ¡Las violetas! En realidad mi flor preferida fueron las lilas, no sé si son los mismo, pero huelen a eso que dices que huelen las violetas. Por desgracia añaden en mi un recuerdo personal del que me es difícil desligarme y eso es complicado tener en cuenta cuando alguien decide regalar flores. Nunca se sabe la asociación que la jovencita pueda hacer del ramo en cuestión.
Los tulipanes maravillosos. Siempre me trasladan a mi admirada Holanda.
Las rosas no me gustan a no ser que sean blancas o amarillas. Ay, qué tiempos aquellos donde da igual qué flor te regalen. Lo importante era recibir una flor, un te quiero.
Eso sí, cualquier día es bueno para recibir flores.
Saludos.
Ando un poco perdida sin gravedad que me sostenga.

LSz. dijo...

"Nunca se sabe la asociación que la jovencita pueda hacer frente al ramo". Es verdad. Lo importante es tener el motivo casi cursi para suspirar y pensar que cada canción ha sido escrita para ese momento. Cualquier día es bueno para andar esdrújulo, sí.

Un abrazo, acá,sumergido en los archivos de la literatura del siglo ante pasado de México.

carmen jiménez dijo...

Oye, pues suena bien eso de ante pasado de México. Yo creo que me quedé en el pasado (y reciente). Ya colgarás algo para mantenerme al día.
¡Vivan las esdrújulas!

 
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