En tierra Adentro.





La última ocasión que visité Guanajuato fue amargo y de una rareza que aún no comprendo. Hoy he leído la sórdida y quejumbrosa crónica ensayística del editor de allá, Anuar Jalife. Aunque encuentro algunos detalles algo familiares, aunque es posible sentirse en el autobús con ese doble que atestigua el camino, no entendí bien a bien a qué se refería el autor cuando habla de que Guanajuato lo golpea por extranjero, pero que se siente cada vez más "propio" del sitio, quizá sitiado. El tono del autor resulta algo amargo durante casi todo el texto, pero hay un momento en el que, el oriundo de Tlalnepantla, parece haber nacido allí, parece pertenecer, y lo hace casi orgulloso. Es un hijo pródigo, según él, ya no de León de los Aldama sino del "propio", como él mismo afirma, Guanajuato. Pareciera que los años allá son más que eso. Lo que me deja algo contrariado deriva en una preguntita: para ser un hijo pródigo ¿hay que irse antes o vale no salir de la casa paterna?


Léanse el dignísimo número de Tierra Adentro de este bimestre "Ciudades visibles, ciudades invisibles", en el que también se incluyen miradas de Guadalajara, Campeche, Mérida, Puebla, Torreón y algunas más.

5 Escrúpulos y jaculatorias.:

José Antonio dijo...

Bien. Iré a mi librería favorita lo más pronto posible.

Saludos de profe desvelado.

Eduardo Huchin dijo...

Póngase la del Puebla, mi estimado, ¿no?

Damiana Leyva-Loría dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Damiana Leyva-Loría dijo...

¿Cómo sería tu perspectiva de Guanajuato?

Alejandro Palizada dijo...

de vuelta al blog.
saludos!

 
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