Falsos amigos y otras epifanías

Al principio, los textitos que enviaba exigían milimétricas 300 palabras:


Falsos amigos y otras epifanías

Luis Felipe Hernández

Premio Nacional de Cuento 2006

Ediciones la Rana, 77 páginas.

María Font.

No era trivial encontrar a Luis Felipe Hernández desembrollando acertijos en la mesa de un hotel leonés. No resultó fortuito toparlo frente a un Óscar de la Borbolla también entretenidísimo resolviendo Sudokus aquel diciembre del 2007. Ambos -en este caso del que nos viene a colación- son unos especialistas de la matemática y la simplicidad narrativa. El Premio Nacional de Cuento de 2006 fue otorgado a Hernández por Falsos amigos y otras epifanías, un conjunto de 15 relatos que penden de un hilo conector extrañísimo y sugerente. El autor nos plantea en este texto otro acertijo y un pacto lector. Sus mecanismos resultan fieles a una nueva tradición narrativa encabezada por la tentativa de la nueva forma de contar, cuando recién entraba el nuevo milenio, y todavía nos emocionaba ver de qué manera lo tomaríamos. Podemos distinguir en los textos casi conceptuales unos entretenidos crucigramas siempre bajo la amenaza de la sorpresa cuyas consecuencias son impresionantes, muy cercanas a los tradicionales chascarrillos del Condorito que leímos a hurtadillas en la infancia. El lector corre ese peligro. La sorpresa de descubrirse burlado por el texto permanece latente. Por eso el apunte hacia una disposición especial frente a los textos del también Premio Nacional de Cuento San Luis Potosí en 2003.

Este armazón le fascinará a los lectores voraces pero con atisbos de gusto por las despersonalizaciones ante las historias dramáticas tradicionales. El personaje de Hernández luce el brillo de la ironía contemporánea y narra sus vicisitudes entre la befa y el sarcasmo. Raya, también, en un ficticio desinterés por sí mismo que lo mantiene a uno atento siempre. La técnica narrativa abreva de esas ya conocidas propuestas para contar las cosas promovidas por Italo Calvino. Encontramos frases cortas y simples, una adjetivación alegórica que siempre intenta la renovación del lenguaje a través de las uniones insólitas. Fuerza y velocidad son dos características de Falsos Amigos y otras epifanías, un ejemplo de narrativa contemporánea publicado por ediciones la Rana en 2007.

4 Escrúpulos y jaculatorias.:

carmen jiménez dijo...

¿Eres tú ese Luis Felipe laureado? Seguro que sí, de lo contrario se estaría cometiendo una injusticia.
Un abrazo.

LSz. dijo...

Carmen,

No. No soy yo. Yo soy Pérez Sánchez. Pero una tercia de buenos escritores que también se llaman así, Luis Felipe Lomelí, por ejemplo, además que es un gran amigo mío.

Pero gracias por las flores.
Un abrazote.

Anónimo dijo...

Tus poemas me han hecho. Reflexionar de manera extrema. Tambien me dio pesar. el derrumbamiento del estadio revolucion. yo perteneci ala escuela del Charrito.Y de los recuerdos. como dicen las personas espirituales.- LOS MALOS DESCECHALOS Y LOS BUENOS.A CRECENTARLOS. Un abrazote.. y en horabuena brother

LSz. dijo...

La vida es pesar y pasar. Un abrazo.

 
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