Sueños de almizcle.

Escribo porque ahora es la única manera de tocarte, quizá, para tocarte mejor. Amanecí con el sabor ácido y profundo del almizcle, como si hubiese pasado entre tus piernas esta madrugada. Tu susurro en mi sueño era hechizante, tu tono de voz, una floripondia en verano, susurrante pero inmensamente abierto, mojado, fresco como noche de abril, de abril entre tus brazos, o en junio, y venteaba. Los gestos risueños eran azules como la noche, apetecibles como esa curva, esa comisura entre tu espalda que recorro mentalmente con dos dedos. Y veía de reojo tus tobillos de princesa mientras mis manos alcanzaban a recorrer, desde el vientre y hasta tus labios maliciosos, tus muslos tibios, un camino de muchos carriles en el que uno termina por perderse en una puta delicia.

6 Escrúpulos y jaculatorias.:

Alma V dijo...

Una lectora suya, reconoce que lo soñó hablando sobre las magdalenas de enamorado... así lo vio y no se atrevió a confesarlo. Eso me dijo... ahora le diré que el sueño se ha cumplido. Saludos.

LSz. dijo...

¿y el tono de quien hablaba, cuál era?

Confesemos.

José Antonio dijo...

Ah! Estimado Luis... Escribir es la única manera de estar en el mundo.. no?
Saludos

Anónimo dijo...

quizá siempre ha sido la única manera...

LSz. dijo...

No sé, José Antonio. Los estados son tan engañosos y fronterizos, que esto de la escritura a veces me pone suspicaz y me hace pensar en ese Rimbaud que decía que la poesía es la vida y luego, luego, a traficar armas, opio y África.

LSz. dijo...

Tanto, Anónimo, que esa es, otra vez, la única manera. Sí.

 
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